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martes, 26 de agosto de 2014

Listado de Noticias Ambientales Internacionales 24/08/2014

LISTADO DE NOTICIAS SACADAS DE: HTTP://NOTICIAS-AMBIENTALES-INTERNACIONALES.BLOGSPOT.COM.ES/

Posted: 23 Aug 2014 06:31 AM PDT


La NASA detecta cantidades inexplicables de una sustancia destructora de la capa de ozono

Fecha de Publicación
: 23/08/2014
Fuente: ABC (España)
País/Región: Internacional


El tetracloruro de carbono (CCl4) es una sustancia química prohibida desde hace 30 años
La NASA detectó en recientes investigaciones unas cantidades inexplicables de tetracloruro de carbono, CCl4, una sustancia química que destructora de la capa de ozono y cuyo uso fue proscrito hace 30 años, según indicó este miércoles a la agencia France Press.
El CCl4, usado en extintores y en productos de limpieza en seco, fue prohibida en el Protocolo de Montreal de 1987. Ninguno de los países firmantes ha anunciado nuevas emisiones del compuesto.
Los estudios de la NASA muestran que las emisiones son de al menos 39.000 toneladas por año, más del 30% registrado desde la entrada en vigor del Protocolo de 1987.
«No deberíamos tener tanta cantidad de CCl4» declaró el científico Qin Liang, uno de los principales responsables del estudio, llevado a cabo en el centro Goddard, sito en Maryland (EE.UU.). Añade Qin que «estamos en presencia ya sea de fugas industriales no identificadas, ya sea de emisiones importantes en sitios contaminados o de fuentes desconocidas de CCl4».
El CCl4 contribuía al 11% del cloro que atacaba la capa de ozono, según datos del 2008. Por ello, los científicos quieren saber de dónde proceden estas cantidades, o al menos por qué los niveles detectados en la atmósfera disminuyen más lentamente de lo esperado. Qin Liang se pregunta si «existe un mecanismo de pérdida del CCl4 que no comprendemos, o hay fuentes de emisión no señaladas o no identificadas».
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Posted: 23 Aug 2014 06:30 AM PDT
El tratamiento sin control de los residuos electrónicos produce efectos cancerígenos

Fecha de Publicación
: 23/08/2014
Fuente: EP
País/Región: Internacional


Sin embargo, según apuntan los investigadores en una tesis doctoral, "la mayor parte de estos residuos no son tratados de forma adecuada y están siendo trasladados a países del tercer mundo donde son quemados sin ningún control produciendo contaminantes bromados, compuesto que tiene efectos cancerígenos".
La mayoría de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) no son tratados de forma adecuada y son quemados sin control, lo que ser perjudicial para la salud y provocar efectos cancerígenos, según ha constatado un equipo de investigadores del Grupo de Investigación 'Residuos, Pirólisis y Combustión' de la Universidad de Alicante.
Los últimos datos, obtenidos en 2012, apuntan que en Europa se generaron 9,9 millones de toneladas de este tipo de residuos, 800.000 en España (unos 18 kilos por habitante). Una vez reutilizados y reciclados en plantas de tratamiento, los aparatos electrónicos deben pasar a sistemas térmicos (incineradoras, cementeras, cerámicas) donde los contaminantes presentes pueden ser destruidos en condiciones controladas.
Sin embargo, según apuntan los investigadores en una tesis doctoral, "la mayor parte de estos residuos no son tratados de forma adecuada y están siendo trasladados a países del tercer mundo donde son quemados sin ningún control produciendo contaminantes bromados, compuesto que tiene efectos cancerígenos".
Además, otra pequeña parte de estos restos electrónicos llegan a los vertederos controlados "con el peligro que supone la emisión de sustancias cancerígenas provocadas por las combustiones espontáneas".
La investigación forma parte de la tesis doctoral titulada 'Descomposición térmica de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos: estudio cinético y formación de contaminantes', defendida por Nuria Ortuño, del departamento de Ingeniería Química, bajo la dirección de los profesores Juan A. Conesa y Julia Moltó.
Su principal objetivo fue analizar el efecto que tiene la presencia de metales durante el tratamiento de residuos RAEE. "Durante los cuatro años de estudio, hemos observado que la cantidad de contaminantes bromados aumenta espectacularmente en presencia de metales y cuando las condiciones son de poca temperatura y poca presencia de oxígeno, puntos que son muy controlados en los sistemas de tratamiento térmico", detallan.
Además, Ortuño ha empleado diversas sustancias presentes en aparatos electrónicos, circuitos impresos de móviles usados y carcasas de televisión para investigar la posibilidad de producción de contaminantes bromados durante su tratamiento e incluso durante la vida útil del producto.
En el caso de la emisión de contaminantes durante el uso de las televisiones, debido al sobrecalentamiento al que en ocasiones se ven sometidos estos equipos, la doctoranda ha hecho un estudio al calentar una carcasa hecha de poliestireno de alto impacto, material común en estos aparataros, hasta 250 grados centígrados.
"A temperaturas por debajo de 100 grados centígrados, que son las que alcanzan las televisiones en nuestras casas, no hay grandes problemas de contaminación, lo malo es a las temperaturas a las que se someten en procesos de fabricación o reciclaje", ha apuntado Conesa.
Además, recuerda que de los 'Puntos Limpios' de cada ciudad o comarca los residuos se llevan a recicladores autorizados para descontaminarlos y los separan por tipos como plásticos o metales para su posterior reciclaje.
Pero durante este proceso, explican, "existen materiales que en la actualidad no se puede reciclar y que, por tanto, también son susceptibles de producir efectos dañinos".
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Posted: 23 Aug 2014 06:28 AM PDT


Los pesticidas neonicotinoides afectan a las aves

Fecha de Publicación
: 23/08/2014
Fuente: Ecoticias
País/Región: Holanda


Los insecticidas neonicotinoides afectan a las poblaciones de aves en Holanda según un estudio científico publicado en la prestigiosa revista Nature.
Recientes estudios prueban el efecto dañino que estos insecticidas tienen sobre la biodiversidad en general y también sobre las aves. Un estudio publicado en Nature por científicos holandeses encuentra relación entre la abundancia del pesticida en las aguas superficiales y el declive de especies como golondrinas y alondras. El trabajo se ha realizado gracias a los datos sobre la evolución de la población de aves que ofrecen los programas de seguimiento de aves en Holanda, iguales a los que realiza SEO/BirdLife en España. La golondrina común, una de las aves citadas como perjudicada por los pesticidas, ha sido declarada Ave del Año 2014 por SEO/BirdLife.
Los insecticidas neonicotinoides afectan a las poblaciones de aves en Holanda según un estudio científico publicado en la prestigiosa revista Nature. Investigadores holandeses han sido capaces de mostrar por primera vez que altas concentraciones de un insecticida neonicotinoide, el imidacloprid, están asociadas con un declive de población en aves insectívoras. Para realizar el estudio, los científicos utilizaron mediciones de la calidad del agua superficial y los datos ofrecidos por el Common Breeding Bird Monitoring Scheme, el mismo programa de seguimiento de aves a largo plazo en el que trabaja SEO/BirdLife en España.
Según el estudio publicado en Nature, se ha encontrado una correlación significativa entre las presencia de neonicotinoides en el agua y el declive de la población de seis de las 15 especies de paseriformes estudiadas, incluidas el estornino común (Sturnus vulgaris), la alondra (Alauda arvensis) y la golondrina común (Hirundo rustica). En áreas con concentraciones de imidacloprid superiores a 20 nanogramos por litro en el agua superficial las poblaciones de aves tienden a desaparecer a un ritmo del 3,5% de media anual, demuestra el estudio. La disminución de recursos alimenticios, debido al efecto de los neonicotinoides en las comunidades de insectos, parece ser la causa de los declives de población observados, aseguran los autores.

Una evidencia más
El estudio publicado en Nature, la revista científica de máximo prestigio internacional, se suma a evidencias anteriores sobre el efecto de los neonicotinoides. La preocupación sobre el impacto de estos plaguicidas sistémicos en una amplia variedad de especies ha crecido en los últimos 20 años. Para realizar un análisis completo de la situación, el Task Force on Systemic Pesticides, un grupo internacional de científicos independientes que asesora a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), revisó durante cuatro años toda la literatura científica disponible, más de 800 estudios publicados en revistas científicas de alto impacto. Los resultados de este metaanálisis, dados a conocer en junio de 2014, confirmaron que los plaguicidas sistémicos son un riesgo grave para las abejas y otros polinizadores como las mariposas y afectan también a invertebrados como las lombrices y a vertebrados como las aves.
En los años 60, el uso de productos como los organofosfatos o el DDT, prohibidos hoy en día por su impacto ambiental y sobre la salud humana, causaron un fuerte impacto sobre las aves y la biodiversidad. La bióloga estadounidense Rachel Carson dió la voz de alerta con un libro titulado Primavera silenciosa (1962) en el que denunciaba la situación de unos campos cada vez más vacíos de vida. Pasados 50 años podemos estarnos enfrentando a una situación similar: campos silenciosos, sin insectos ni aves debido al uso de nuevos químicos agroindustriales. 

Las aves agrarias están en declive
Para SEO/BirdLife, la acumulación de estudios sobre el efecto de los neonicotinoides evidencian la degradación ambiental que sufren los sistemas agrarios, detectada ya a través de sus programas de seguimiento de aves, que muestran un declive continuado de las especies comunes asociadas a los paisajes agrícolas. Por ejemplo, la golondrina común, Ave del Año de 2014, muestra una reducción de su población de más del 30% en la última década. Y otras, como la codorniz, el sisón o la calandria están en una situación similar.
El uso de plaguicidas se une a otros factores que influyen en este escenario de pérdida de biodiversidad, como la reducción directa de hábitats favorables o enfermedades nuevas traídas con el comercio internacional de mercancías.
Aunque la UE ya ha prohibido temporalmente el uso de estos productos en algunos cultivos, el problema tiene una escala global, y sería necesario empezar a trabajar en un cambio profundo del modelo agrario, reconectando los sistemas productivos a los ciclos naturales. Esto podría tener un impacto en los rendimientos por hectárea en ciertas zonas, pero igualmente acabaría reduciendo los costes crecientes en inputs y ofrecería más garantías de futuro sobre el suministro de alimentos.
Un modelo agrario más sostenible y extensivo permitiría distribuir mejor el empleo y las rentas, a la vez que conservaría los paisajes y la riqueza natural. Un reto difícil pero crucial. A pesar de que la nueva Política Agrícola Común (PAC) recién reformada por la UE no está orientada a este cambio de modelo, contiene herramientas que pueden ayudar a iniciar el camino. También puede contribuir la Directiva de Uso Sostenible de los Plaguicidas, que promueve la gestión integrada de plagas y la búsqueda de alternativas no químicas contra ellas. Sea como sea, en cuanto a los neonicotinoides es evidente que debe aplicarse con más fuerza el principio de precaución. 

Los plaguicidas sistémicos o neonicotinoides son absorbidos por la planta, transportándose a todos los tejidos (hojas, flores, raíces y tallos, así como polen y néctar). Se utilizan cada vez más como un profiláctico con el que tratar suelos o semillas para evitar la plagas en vez de hacer un tratamiento sólo cuando aparece el problema. Son capaces de persistir y acumularse, en particular en el suelo, durante meses o años. Esto aumenta su toxicidad y los hace más perjudiciales para especies a las que no van dirigidos. Estos productos se utilizan en más de 120 países y generan un mercado de 2.600 millones anuales, según cifras de 2011 ofrecidas por el Task Force on Systemic Pesticides.

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