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jueves, 27 de diciembre de 2012

José Luis Rodríguez Zapatero, Victorino Alonso, y el proyecto de cementerio de CO2 en Asturias, condición para la supervivencia del carbón leonés



Acuíferos salinos profundos entierro co2
Es evidente que las salidas de la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, con el cuento chino eterno de Caleao y Serín,  no son más que cortinas de humo, tinta de calamar, para desviar la atención de lo que Asturias se está jugando en el futuro de su medio ambiente, y el silencio de los grupos políticos del gobierno, así como el sospechosísimo mutismo de los grupos ecologistas ante la decisión de Madrid, de enterrar CO2 en Asturias, tiene que ver con la invabilidad teórica del proyecto, y los riesgos que implica seguir adelante sin valorar dichos riesgos, por una decisión política que carece de justificación técnica. Pero claro, una situación así, sólo se puede explicar por la carga de alta densidad que encierra el problema. Asturias tiene que ser cementerio de CO2 para salvar el carbón leonés y los compromisos políticos y empresariales del presidente del gobierno con ese sector, que están entrando en una vorágina insostenible, al producirse un derrumbamiento del consumo eléctrico, con el agravante de la irrupción masiva de las energías renovables en el mercado mayorista, con la burbuja de las renovables impulsada por él mismo, salvar el carbón de sus amigos, pasa por buscar una justificación desesperada, y esa justificación se llama planta de captura de CO2 de Cubillos del Sil.
Zapatero, adalid de las renovables, que vendió a Obama un futuro lleno de molinos y placas solares, en el que la tierra sólo pertenece al viento, tiene muy mal seguir sosteniendo el negocio del carbón de algunos de sus amigos más comprometedores. ¡Demasiado descarado todo! ¡Demasiado cinismo!
Sabemos que Asturias es un mal sitio para enterrar CO2, y sabemos que José Luis Rodríguez Zapatero ha dicho que se va a enterrar CO2 en Asturias,  y por lo tanto, nadie quiere hablar del asunto, porque todos le tienen miedo a Zapatero, puesto que son decisiones que afectan a su León del alma, y a los negocios más potentes de algunos de los leoneses que desarrollaron su actividad empresarial al rebufo de la carrera política del hoy presidente Zapatero y los que fueron dirigentes de su partido en León a lo largo de los años de su irresistible ascensión, como Ángel Villalba, hoy presidente de FEVE, ex presidente de Caja España que formó parte del consejo de administración de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, cuando Caja España y Cajastur pusieron la compañía minera berciana en manos del empresario más influyente en la carrera zapateril.
Asturias no tiene depósitos estancos adecuados para enterrar CO2, y por lo tanto, Asturias y sus comarcas próximas, no son un lugar razonable para desarrollar investigaciones y trabajos experimentales como los que describe Juan Vega en su blog, que se están desarrollando en Cubillos del Sil por puro nepotismo zapateril, puesto que es cierto, como se publica en esta misma página, que se abandonaron los otros proyectos previstos, como el de Aragón, para concentrar todas las inversiones en León, allí donde el empresario leonésVictorino Alonso controla el gran imperio minero que necesita desesperadamente de este balón de oxígeno para salir airoso, con sus explotaciones, de la inminente negociación del nuevo código de ayudas al carbón, que coincide con la presidencia europea de Zapatero, en cuyo mandato tiene el compromiso de renovar este reglamento hasta el 2018.
De manera más inmediata, y antes de la negociación de ese nuevo código de ayudas al carbón, España necesita resolver los problemas del día a día de la minería, y para eso tuvo que aprobar, en el último Consejo de Ministros del año, una prorroga del llamado almacenamiento estratégico temporal de carbón autóctono que se le encomendó a Hunosa el 31 de julio del año pasado, por  el que la empresa estatal ha adquirido ya 2,3 millones de toneladas de carbón por un valor superior a los 110 millones de euros previstos inicialmente.
El ejecutivo de Zapatero se ha visto obligado a aprobar esta prórroga, tras aplazar el Real Decreto de Garantía de Suministro por Restricciones, que ordena las ayudas al consumo de carbón español, a la espera para su aprobación definitiva del visto bueno de la  del departamento que dirige la Comisaria de la Competencia en la Unión Europea, la holandesa Neelie Kroes, a quien el propio Miguel Sebastián notificó el contenido del decreto el pasado 18 de diciembre.
Con el pastel del almacenamiento estratégico temporal que no es otra cosa que Hunosa comprándole a Victorino y a los suyos carbón sin parar, un carbón que no se quema, sino que se almacena en las propias minas de origen con destino incierto, a la espera de que algún día Hunosa negocie esos derechos que adquiere por termias quemadas a pagar por las térmicas, y mientras se dilata la aprobación del Real Decreto que cargue a los recibos de la luz la obligación de consumir carbón autóctono en la generación eléctrica (con un impacto que la CNE evalúa en un sobrecoste de 800 millones de euros), a la espera de que se produzca la negociación de las nuevas ayudas europeas, la planta de Cubillos del Sil se presenta como la única y débil justificación para sostener este complejo entramado que Zapatero sostiene sobre sus espaldas y sobre el recibo de la luz de los españoles, como un auténtico Atlante. De ahí lo perentorio de la decisión de enterrar CO2 en Asturias. No tienen otra solución, aunque ésta sea mala y peligrosa.
Y es aquí cuando hay que reocordar que precisamente el gobierno encargó a Hunosa investigar las posibilidades de enterrar CO2 en las minas del centro de Asturias o en los depósitos salinos profundos de Buelna, lo que se ha venido haciendo en medio de un enorme mutismo, pues las únicas declaraciones que hay de un cargo público, son las del presidente de HunosaJuan Ramón García Secades, que resultan poco estimulantes para el proyecto:
Con la base legal aprobada, el encargo del Gobierno formalizado y la teoría de las labores a desarrollar claras, las expectativas no parecen ser muy optimistas. Asturias puede albergar «huecos» o «bolsas» para almacenar y sellar CO2, pero no parece, en principio, que tengan grandes dimensiones. «No esperamos un gran descubrimiento. Esto no va a ser como el Mar del Norte, donde hay espacios para albergar el gas producido en periodos de hasta 20 años. Aquí podemos hallar lugares utilizables con una capacidad limitada», señaló el presidente de Hunosa. No obstante, «identificaremos los lugares, analizaremos sus posibilidades y cumpliremos con nuestras obligación de explorarlos», añadió Secades.
¿Cómo se compadece esta opinión de Secades, que coincide con lo que sabemos que piensa al respecto el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), puesto que al final son las mismas investigaciones, con la aprobación en Bruselas del proyecto de Compostilla, que incluye el “almacenamiento” en “a saline aquifer nearby“, es decir, en un acuífero salino próximotal y como aprobó Europa?. Si Asturias es un mal lugar para almacenar CO2, tal y como dicen todos los expertos, ¿cómo es posible este espeso silencio que se ha producido en el Principado, ante la decisión adoptada por Madrid de enterrar CO2 en la comunidad?
Pues por lo que digo, porque Zapatero ha embarcado a España en un proyecto en su patria chica que no tiene viabilidad porque en su entorno no hay lugares adecuados para enterrar carbono, para justificar así el papel del carbón leonés en el nuevo código de ayudas que quiere traerse bajo el brazo de su presidencia europea, que obliga a establecer Asturias como cementerio, o sí, o sí, con lo que o Juan Ramón García Secades y el Instituto Geológico y Minero se comen sus palabras, y se entierra carbono en Asturias a pesar de su falta de seguridad, o las inversiones de Compostilla acaban por ser un desastre y se abandonan las investigaciones dando lo invertido a beneficio de inventario como un proyecto fallido a la salud del leonesismo del presidente Zapatero, y su loca huída hacia delante entre molinos, placas solares y captura de CO2 en una planta de carbón, para justificar la mezcla de las “energías renovables” con la energía más contaminante.  Una ópera bufa que acabará por reventar, con el recibo de la luz más disparatado del planeta, que resultaría divertida, si enterrar CO2 en un lugar inseguro no fuese una apuesta intolerable para los que tenemos nuestros culos encima del cementerio de carbono.
José Luis Rodríguez Zapatero y Victorino Alonso
http://elcomentario.tv/escandalera/tdomf_b4cb8/mi-opinion-sobre-el-interes-que-hay-en-que-no-se-hable-del-proyecto-de-cementerio-de-co2-en-asturias/04/01/2010/http://elcomentario.tv/escandalera/tdomf_b4cb8/mi-opinion-sobre-el-interes-que-hay-en-que-no-se-hable-del-proyecto-de-cementerio-de-co2-en-asturias/04/01/2010/

José Luis Rodríguez Zapatero y Victorino Alonso



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