EL
MOVIMIENTO AMBIENTAL SE OPONE A LAS MATANZAS DE CORMORANES.
Las
organizaciones ambientales abajo firmantes queremos trasladar nuestra más
enérgica oposición a la nueva resolución de la Consejería de Agroganadería y
Recursos Autóctonos del Principado que
ordena la matanza de más de 240 ejemplares de cormorán grandes en este campaña,
con el detalle adjunto por ríos:
-
Río Nalón hasta
90 ejemplares
-
Río Caudal hasta
40 ejemplares
-
Río Narcea hasta
50 ejemplares
-
Río Sella hasta
30 ejemplares
-
Río Cares hasta 20
ejemplares
-
Río Esva hasta 5
ejemplares
-
Río Navia hasta 5
ejemplares
No
es aceptable que el PSOE siga adelante con la matanza de cientos de ejemplares
de cormorán grande en aguas continentales cada año, a los que se han de sumar
los quedan heridos por los disparos de guardas y que acaban muriendo sin que se
contabilicen al ser arrastrados por las corrientes. Esta medida se toma al
margen de todo estudio científico que la avale, y se adopta con el único fin de
ceder a las presiones de los pescadores deportivos, quienes vienen reclamando
insistentemente la puesta en práctica de estas matanzas de aves migratorias a
las que ven como competidoras de sus intereses lúdicos.
Denunciamos la absoluta falta de
transparencia de la gestión actual del Cormorán Grande, pues no solo no se
publican las resoluciones administrativas que afectan a la conservación de la especie,
sino que tampoco se ha llevado propuesta
alguna al Consejo de Ecosistemas Acuáticos en el que están representadas las
asociaciones ecologistas, adoptando la decisión al margen del órgano consultivo
y de participación social.
Además de opaca, se denuncia que la
medida es arbitraria, pues es obligatorio aprobar un Plan de Gestión del
Cormorán, al ser esta especie no cinegética, pero en lugar de proceder a la
planificación de la gestión de la especie migratoria, lo que viene haciendo la
Consejería es matar sistemáticamente ejemplares en número establecido a tanto
alzado, y ello a pesar de que, año tras año, se comprueba que la medida es
inútil para el fin para el que se dice que se adopta, pues tras las matanzas
llevadas a cabo por los guardas del Principado, las poblaciones de salmónidos
no se han recuperado en modo alguno, y ello es debido a que no se han acometido
las soluciones reales al problema, y es que
hay que recordar que todas las experiencias de controles de cormoranes
grandes no han significado un aumento de la pesca de peces ni una disminución
del número de aves a medio plazo, que permanece estable en su número en
Asturias en los últimos 15 años, como ha reconocido en varios ocasiones el Principado. El que la población de cormorán
grande no haya aumentado en la última década, unido a que los salmónidos solo
representan un pequeño porcentaje en la dieta del cormorán grande, como avala
incluso los propios estudios del Principado (demostrando la incoherencia de la
razón argumentada para aprobar esta nueva matanza de cormoranes) evidencia que
hacerle responsable de la disminución de truchas y salmones solo pretende
buscar una "cabeza de turco" a la que responsabilizar de todos los
males de nuestro ríos, y con la suelta de alevines, solo se consigue un repunte
ocasional del número de peces durante un plazo corto de tiempo, hasta que
mueren estos excedentes artificiales de peces mal adaptados, por lo que queda
demostrado que matando cormoranes no se soluciona el problema.
Y siendo conocedora la Administración
de estas evidencias, anualmente
reforzadas, el anterior Director de Biodiversidad Sr. García Gaona,
declaró en septiembre de 2008 ante el Consejo de Ecosistemas Acuáticos y de la
Pesca en Aguas Continentales que no se volverían a matar cormoranes grandes en
Asturias, porque – y según sus propias palabras – después de varios años de
descastes, los informes de los que disponía demostraban que la población de
salmónidos no se había recuperado y que los controles de cormoranes no habían
tenido el efecto deseado, proponiéndose entonces seguir otras líneas de trabajo
que se centrarían en la mejora de los ríos y el respeto a los caudales
ecológicos, la supervisión de la pesca comercial en el mar, la persecución de
la pesca furtiva en aguas continentales y la reducción o en su caso,
eliminación, de licencias de pesca deportiva, lo que no se ha hecho por pura
dejadez e inoperancia.
Esta
práctica de ordenar la muerte de ejemplares de especies de fauna salvaje
cediendo a los intereses particulares económicos y lúdicos de determinados
sectores es una demostración más de la debilidad del gobierno asturiano y de la
falta de políticas de conservación de los valores naturales por parte del
Principado, que practica dejación de su obligación de defender los intereses
generales sobre los particulares, despreciando a los demás asturianos que
sabemos disfrutar del entorno natural sin instigar a la Administración para que
dé muerte a especies que son propias de estos hábitats.
Hay
que recordar además que esta medida que se va ejecutar no esta avalada por estudio científico conocido que
demuestre claramente la necesidad de ejercer un control poblacional sobre
especie, sin olvidar que es preciso que esos estudios, si es que existen,
tienen que ser públicos y deben ser sometidos a debate social, y la
Administración está obligada a proponer medidas alternativas a la escopeta como
solución oscura y arcana, impropia del sentir de esta región y de sus
habitantes. Cualquier control se debe realizar por evidencias científicas y
tomando como base la legislación vigente estatal que protege a las especies de
fauna silvestre, y siempre teniendo en consideración que la depredación es una
de las principales fuentes de selección natural, y que eliminarla sólo
contribuye a acercar el funcionamiento de un ecosistema natural al de una
granja.
El
cormorán grande es una especie que hasta el año 2004, estaba incluida en el
Anexo I de la Directiva Aves y como
especie "de interés especial" dentro del Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas, ha pasado de su estatus de protegida a exterminable en
solo 3 años en Asturias, justo cuando los pescadores comenzaron a presionar a
la Administración en la consecución de sus intereses lúdicos, actuando como si
fueran los propietarios de los ríos asturianos, carentes de toda aptitud para
la conservación de la Naturaleza que esquilman año tras año.
Los
resultados de los controles efectuados los años precedentes demuestran el total
fracaso de la medida, pues la caza de cormoranes grandes en sus lugares de
invernada carece de efectividad como medio de controlar sus poblaciones.
Por
eso seguimos reclamando que la Consejería reúna la determinación suficiente
para oponerse a las peticiones particulares de los pescadores deportivos, obtenga
datos más fiables sobre la dieta del cormorán en los ríos de la región, no se
niegue a la colaboración inteligente y evalúe de la manera más precisa el
impacto del Cormorán sobre las poblaciones de peces, actuando en todo caso desde
el diálogo y la transparencia, y sobre la base de un fundamento científico, no
por las presiones del colectivo de los pescadores deportivos, que viene acostumbrado
a trasladar irracionalmente al Cormorán la fuente de sus decepciones.
Suscriben las siguientes entidades:
Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
Colectivo Ecologista de Avilés
Asociación para la Defensa Jurídica del Medio Ambiente “ULEX”
Plataforma por la Defensa de la Cordillera Cantábrica
Asociación para la Conservación y estudio del lobo “ASCEL”
Asociación Verdes Asturianos
Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad “ANADEL”
Observatorio Justificia y Defensa Animal
Asociación
Ereba, Ecología y Patrimonio
Asociación Medioambiental la Cirigueña
Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza
“ANA”
Coordinadora Ornitoloxica d’Asturies
Ecoloxistes
n’Aición d’Asturies
SOS Cuideiru
Grupu d’Ornitoloxia Mavea
Para más información para tfnos:
629892624 (Fruti) y 679574236 (Laura)
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