Ya hemos comentado en este blog que la producción de agua embotellada es uno de los procesos más contaminantes que existen y hay que intentar evitar su consumo o, al menos, reducirlo al máximo posible. Pero, en la ciudad australiana de Bundanoon, han ido más allá. Esta ciudad, situada al este del país, con una población de unos dos mil quinientos habitantes,decidió hace más de un año prohibir la venta de agua embotellada, una medida que muchos considerarán radical, pero nadie pondrá en duda de que el objetivo de proteger el medio ambiente es claro.
Esta decisión no fue tomada a la ligera. Durante quince años, la empresa Norlex Holding ha estado intentando conseguir los permisos para perforar el suelo, extraer agua del manantial local y comercializarla. El agua del manantial sería transportada a Sidney para embotellarla y, luego, volvería embotellada a las tiendas del pueblo para su venta. Así que, en julio de 2009, trescientos cincuenta vecinos se reunieron en asamblea oficial en el ayuntamiento y, según se cuenta, con sólo un voto en contra se aprobó la iniciativa. Incluso fue apoyada por los comerciantes, máximos beneficiarios de la venta de agua embotellada.
Y así, en las tiendas de Bundanoon ya no se venden botellas de agua. Lo que sí se venden sonbotellas reutilizables para rellenarlas una y otra vez y a un precio muy bajo. Además, han instalado tres fuentes públicas de agua potable: dos en el pueblo y otra en la escuela de primaria, donde a los niños se les regala botellas reutilizables.
El pueblo se está haciendo famoso hasta el punto de que existe un grupo en Facebook, creado en Bélgica, que propone que Bundanoon sea un verbo en francés o inglés que signifique “beber agua del grifo”.
Sin embargo, los que no han conseguido los vecinos de esta ciudad es que la empresa Nolex deje de abrir pozos y extraer agua de los manantiales locales que podrán vender fuera de sus límites. ¡Mundo absurdo!
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