Posted:
10 Nov 2012 04:11 AM PST
'Con voluntad política, en cuatro
años se acaba el modelo agroalimentario'
Fecha de Publicación:
10/11/2012 Fuente: Biodiversidad en América Latina y El Caribe -
Diario Tiempo Argentino País/Región:
Internacional Desde París, la investigadora
Marie-Monique Robin cuestiona duramente el agronegocio y propone una solución a
la crisis que vive la agricultura mundial: la implementación de la agroecología
a gran escala. Una nueva investigación de la periodista francesa
Marie-Monique Robin acaba de ser publicada en la Argentina. Se trata de El
veneno nuestro de cada día (Editorial De La Campana), un trabajo que, al igual
que El mundo según Monsanto, fue realizado como libro y documental
cinematográfico. Allí se detalla, con extrema minuciosidad, la responsabilidad
de la industria química en la epidemia de enfermedades crónicas. "Hablo del
aumento espectacular de cánceres, enfermedades neurodegenerativas, trastornos de
la reproducción, diabetes u obesidad que se registran en los países
'desarrollados', a punto tal que la Organización Mundial de la Salud habla de
'epidemia'”, explica Robin.
–¿A qué llama "el veneno nuestro de cada
día"? –Son los productos químicos que se encuentran cada día en lo que
comemos, ya sea en forma de residuos de pesticidas, aditivos alimentarios o
plásticos que se utilizan para los alimentos. Estas moléculas químicas se
encuentran en dosis muy bajas. Lo que demuestro en esta investigación, y lo que
nadie contestó hasta ahora, es que estas dosis de residuos muy bajas, las cuales
se supone que no tienen ningún efecto, en realidad sí tienen efectos nocivos
sobre la salud humana.
–¿Son productos que están autorizados para estar
presentes en la comida? –Claro. La evaluación de los productos químicos, que
practica la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o la FDA en los Estados
Unidos, se basa en el principio de Paracelso, que dice que sólo la dosis hace al
veneno. En eso se basa la llamada "Ingesta Diaria Admitida" (IDA). Lo que
demuestro es que este principio no vale para muchas moléculas, que no sirve para
nada.
–¿Por qué? –Sucede que esta especie de Biblia está basada en
nada. No hay ningún estudio serio. Todos creían que con la IDA estábamos
protegidos, pero nadie se había preguntado de dónde viene. Este es el corazón de
mi investigación. La IDA fue fabricada por cinco personas en una mesa, en los
años '60. Fue con buena voluntad, porque se estaban preguntando qué podían hacer
para moderar el efecto de las moléculas químicas, las cuales sabemos que son
altamente tóxicas. Pero ellos nunca plantearon que había que prohibir esos
venenos que están en nuestra alimentación. Ellos tenían la concepción de que el
"progreso" o el "desarrollo" pasaban por este tipo de riesgos, y que no podía
ser de otra manera.
–¿Estas normas son avaladas por organismos
estatales? –Sí. Se esconden en una regulación estatal, que parece muy
independiente, muy seria y muy científica, con muchos datos y muchas cifras, con
toneladas de papeles, pero cuando te ponés a estudiar eso, te das cuenta que es
para que las autoridades públicas puedan decir: "Estamos bien, bajo la norma."
Pero si fuese una norma seria, que de verdad protegiera a la gente, ¿por qué la
cambian constantemente? La van adecuando a los intereses de la industria, más
que a la salud de la población.
–¿Por qué cree que no hubo, desde la
industria química, ninguna respuesta a su investigación? –Porque son datos y
porque ellos mismos lo saben. Cuando salió la investigación hubo mucha prensa.
Los productores de químicos dijeron: "Robin exagera un poco." Pero no más que
eso. Por supuesto, siempre están tratando de decir que este trabajo es un poco
exagerado, o las grandes empresas pagan a gente para tratar de desacreditarme en
mi blog.
–En su trabajo, usted sostiene que la "Revolución Verde" de los
años '60 prometía alimentar a todo el mundo, pero que en realidad nunca estuvo
ni cerca de lograrlo. ¿Por qué? –En mi próximo documental, que saldrá en un
mes y ojalá que llegue a la Argentina –se llama Las cosechas del futuro–, yo
respondo a esta pregunta. El discurso es siempre el mismo: "Si prohibimos los
agrotóxicos, no vamos a poder alimentar al mundo, nos vamos a morir de hambre."
Es muy interesante ese argumento, pero falso. La famosa "Revolución Verde" trajo
un empobrecimiento de los recursos naturales y una contaminación generalizada
del medio ambiente, debido al uso masivo de productos químicos. Yo estuve
viajando durante un año por once países. La conclusión que saco es que si hay
1000 millones de personas que hoy no comen o tienen problemas de hambre es a
causa de los agrotóxicos. No sólo por los agrotóxicos como tales, sino por todo
el sistema de mercado que está ligado a este negocio.
–¿Cómo influye el
mercado? –Esto tiene que ver con toda una cadena a nivel mundial. En la
Argentina hay unas 18 millones de hectáreas con soja transgénica, fumigadas con
agrotóxicos, con las que se acaban los tambos y los pequeños productores que de
verdad alimentan a su pueblo. Aquí, en Francia, terminamos con un 3% de
población de agricultores, y con unas grandes granjas. Todo está ligado, porque
los que venden los agrotóxicos son los mismos que controlan el mercado de los
granos, como Cargill y Monsanto. Estas multinacionales están hambreando al
mundo.
–¿Cómo se puede salir de ese sistema? –A través de la
agroecología, la agricultura orgánica, basada en unidades pequeñas, donde hay
una autonomía al nivel de la producción enérgica. Allí se utilizan los recursos
naturales con una combinación de plantas, porque el monocultivo es una
catástrofe para el medio ambiente.
–¿Pero la agroecología se podría
llevar a cabo en grandes extensiones o a escala nacional? –Claro, sin ningún
problema. Lo único que falta es voluntad política. En Europa estamos en esta
lucha. El año que viene tendremos un cambio en la famosa política agrícola de la
Comunidad Europea. Estamos pidiendo que los subsidios que se dan aquí a los
agricultores, o a las grandes empresas, que son las que más contaminan el medio
ambiente, se den a agricultores que quieren pasar a la agroecología. En sólo
cuatro años se puede cambiar el rumbo. Es sólo voluntad política, y se acaba con
este modelo agroalimentario criminal en el mundo. Hay que sacar a la agricultura
de la ordenación del comercio. La alimentación no es un producto cualquiera: sin
alimentación, nadie puede vivir. Sin campesinos, nadie puede vivir. Cada país
debe proteger a sus campesinos. Siempre se dice que los productos de la
industria química son más baratos que los de la industria agroecológica. Y eso
es mentira, por la cantidad de gastos indirectos que genera la industria
química.
–¿La prohibición de agroquímicos sería un modo de ahorrar dinero
o, por el contrario, una pérdida económica? –La Comunidad Europea hizo un
estudio que dice que si prohibimos los agrotóxicos, sólo tomando los gastos que
produce el cáncer en campesinos y demás, podríamos ahorrar 27 mil millones de
euros al año. Y sólo hablamos del cáncer.
–En su libro, usted sostiene
que el cáncer es una enfermedad "novedosa", propia de la civilización. ¿Cómo es
eso? –Yo quería saberlo, porque siempre se dice que el cáncer tiene relación
con los productos químicos. Bueno, quería verificar si antes había cáncer o no.
Y estudié muchos libros, muchos informes de gente que ha viajado en el siglo
XIX, y que dicen que casi no había cáncer. Los cánceres aparecieron con la
civilización industrial. Es un hecho. Y es interesante ver cómo fueron
aumentando. También es interesante ver cómo se organiza la industria para decir
lo contrario.
–Con el correr de los años, la población fue tomando
conciencia de que muchas sustancias de uso cotidiano –como el cigarrillo o la
sal– son dañinas para la salud. ¿Cree que con los agroquímicos puede llegar a
pasar lo mismo? –Es muy distinto, porque estos productos están en todas
partes y no lo sabés. Una persona que fuma conoce los riesgos y depende de una
decisión personal. En los alimentos, en cambio, uno no sabe cuántos productos
químicos está ingiriendo. Muchas mujeres no saben, por ejemplo, que una de las
razones principales del cáncer de mama, aunque no la única, son los
desodorantes. Por eso digo a las mujeres que no utilicen ningún desodorante,
porque dentro de estos productos hay perturbadores endócrinos que van
directamente a la mama. La población no lo sabe. Y además se están utilizando
productos que no fueron estudiados previamente. Es necesario reapropiarse del
contenido de nuestra alimentación diaria, recuperar las riendas de lo que
comemos, para que dejen de infligirnos pequeñas dosis de distintos venenos sin
ningún beneficio. «el juicio en córdoba›› En agosto pasado, un productor
sojero y un piloto aeroaplicador fueron condenados a tres años de prisión
condicional por contaminación ambiental a partir de fumigaciones ilegales de
agroquímicos en el barrio Ituzaingó Anexo, de la provincia de Córdoba. Ninguno
irá a la cárcel, pero deberán realizar tareas sociales para purgar de forma
efectiva las sentencias. La causa se inició por las denuncias de un grupo de
madres de la zona, lideradas por Sofía Gatica, que detectaron más de 500
enfermedades vinculadas a los agrotóxicos en una población de sólo 5000
habitantes.
–¿Cómo evalúa lo que sucedió en el juicio? –Bueno, aunque
no hubo prisión para los condenados, hay que ver las cosas positivas. Hubo por
lo menos un juicio. Es un primer paso. Las cosas están cambiando lentamente,
pero la gente se está dando cuenta. El problema es cómo podemos prohibir estos
productos y cambiar el sistema de alimentación. La solución es la agricultura
biológica, que acaba con los problemas que genera el sistema actual: el problema
del clima, la crisis sanitaria, la crisis de la biodiversidad, la crisis de la
energía. Estamos acabando con el agua y con el petróleo. La agricultura hoy está
en el corazón de muchas crisis. Entonces, si cambiamos el sistema mundial de
producción de alimentos, podemos influir sobre todas estas crisis, que son muy
grandes y muy fuertes. No se puede seguir así. .
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Posted:
10 Nov 2012 04:03 AM PST
Concluye la cumbre de Vigo con 'avances' en el
documento de la ONU sobre cambio climático
Fecha de Publicación:
10/11/2012 Fuente: EFE País/Región:
Internacional
La reunión de expertos sobre cambio climático de Vigo
ha concluido hoy con "avances" en el borrador del informe que la ONU presentará
en 2014 como base para las negociaciones entre países, según Xavier Labandeira,
de Economics for Energy, una de las entidades organizadoras de esta cumbre
científica. Labandeira ha señalado a EFE que ha habido "avances" en el
"documento académico" tras cinco días de trabajo del grupo III, el encargado de
evaluar estrategias y alternativas para mitigar las emisiones de gas efecto
invernadero, del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las
Naciones Unidas. "Otra cosa es lo que los gobiernos y los políticos hagan más
adelante en las negociaciones con este documento", ha matizado el catedrático de
Economía de la Universidad de Vigo. Ha abundado en que la misión de los
expertos es identificar "las barreras" para que la lucha contra el cambio
climático "siga adelante" y el proceso sea "exitoso", algo que solo compete a
los órganos gubernamentales. Por lo que a la cumbre de Vigo respecta,
Labandeira ha señalado que el balance es positivo y que el borrador está
"bastante avanzado" tras el análisis durante estos cinco días de más de 16.000
aportaciones de 600 expertos de todos los continentes, con lo que "se mantienen
los plazos". En Vigo se ha celebrado la tercera reunión del III grupo de
trabajo del IPCC, que el próximo año cerrará el ciclo de encuentros técnicos en
Addis Abeba (Etiopía). Sobre el contenido de las discusiones, Labandeira se
ha remitido a su carácter confidencial para no aportar detalles, entre otras
cosas porque el documento final "puede variar", ha dicho, y se ha limitado a
destacar que la definición del texto "avanza adecuadamente". El IPCC es el
principal organismo mundial de valoración del cambio climático y su tarea
central es la elaboración, cada seis o siete años, de un informe de evaluación
con base en las investigaciones científicas, técnicas y socioeconómicas
desarrolladas por expertos de todo el mundo. Hasta la fecha ha realizado
cuatro informes de evaluación y el de 1995 proporcionó información científica
clave para la adopción del protocolo de Kioto en 1997, mientras que el cuarto
(2007) mostró evidencias suficientes para afirmar que el calentamiento global es
inequívoco y establece como causa probable las actividades
humanas. .
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