Hola a todxs, hoy os traigo una noticia para todxs aquellos que piensan que no hay mas alternativas que sacar y sacar carbón. He aquí la noticia de como el respeto y el cuidado a la madre tierra también puede ser una fuente de trabajo :
Diez desempleados de Villablino, Lumajo, Orallo, Villaseca y San Miguel de Laciana empiezan a trabajar en la plantación de 18.000 frutales para restaurar el hábitat del oso pardo.
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Los trabajadores tienen de media 30 años. Tras el parón de la minería, buscan una alternativa en el sector medioambiental. jesús f. salvadores
Llevaban entre un año y medio y tres años en el paro y además viven en un municipio donde la inmensa mayoría de los habitantes están desempleados. Encontrar un trabajo en Villablino es hoy tan difícil como toparse con un oso verde fosforito; misión imposible, vaya. Pero ellos han salido de la funesta lista de los seis millones de parados gracias a un proyecto para mejorar y restaurar el hábitat osero. La iniciativa, abanderada por la Fundación Oso Pardo, dejará en la zona 87.000 euros aportados por la Fundación Banco Santander y permitirá recuperar una veintena de bosquetes devastados por la actividad minera. Hasta ahora, las 30 hectáreas que serán intervenidas eran un terreno pedregoso y yermo, pero con la plantación de 18.000 árboles se propiciará nuevamente la conexión entre las grandes áreas forestales de esta comarca, actualmente fragmentadas por la degradación de las explotaciones mineras.
La última vez que Ramón, de Villablino, tuvo un empleo fue en diciembre del 2010. Ha trabajado en la mina y en la construcción, pero nunca antes en tareas medioambientales. Aunque parece que lleva años haciéndolo. Clava con vigor los tutores que guiarán los frutales ya plantados mientras comenta: «Esperemos que salgan más cosas, porque trabajando se está muy bien». A muy pocos metros, en un monte desde el que se otea Babia y Laciana al mismo tiempo, está Rubén del Campo, también de Villablino. Es uno de los despedidos de la factoría LM y lleva dos años y medio sin trabajar. «Esto es más duro que mi anterior empleo, pero también más bonito», confiesa. A José Luis García le fue a buscar a casa el pedáneo de su pueblo, Lumajo. Le dijo que si quería trabajar tenía algo para él. Tiene 31 años y llevaba en el paro año y medio. Aunque su trayectoria laboral siempre ha estado ligada al ámbito del metal, no se lo pensó dos veces. Ahora, como el resto, trabaja de ocho a cuatro bajo la coordinación de los trabajadores de la FOP. Como Ángel Rodríguez, de San Miguel de Laciana. Otro año y medio en el paro, después de trabajar como perforista en las explotaciones mineras. Ahora recuerda lo que ya aprendió en este oficio hace años, cuando fue empleado por primera vez para tareas de reforestación. Son diez historias diferentes con el mismo denominador común. De momento, la vuelta al trabajo les durará al menos un mes y medio.
«Felicidades y muchas gracias por la ilusión», les agradece el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, durante su visita a los trabajos que se ejecutan en el paraje del Robledo, perteneciente a Villaseca. La acción prevé restaurar y mejorar el hábitat del oso en zonas mineras actualmente degradadas y situadas en el núcleo osero reproductor del Alto Sil, el único entorno cantábrico de toda la provincia que no ha sido protegido por la Junta de Castilla y León como Parque Natural. Se están plantando miles de árboles de especies productoras de frutos de interés para el oso, con el objetivo de crear una red de alimentación y contribuyendo además a la diversificación de la oferta alimenticia del oso pardo.
Los trabajos se están llevando a cabo estrictamente en montes de utilidad pública del Ayuntamiento de Villablino y de las juntas vecinales de Lumajo, Orallo y Villaseca de Laciana, con quienes se han firmado acuerdos de custodia del territorio apoyando las plantaciones. Todos los terrenos seleccionados forman parte de un territorio de alto valor como área reproductiva de la especie, pero que han experimentado una significativa y constante actividad minera que ha degradado el paisaje de manera notoria, produciendo una pérdida de calidad de hábitat y de conectividad. Como compensación se están colocando manzanos, abedules, arraclanes, avellanos y mostajos.
«Todo el dinero que invertimos pretendemos que sea un elemento de desarrollo del medio rural. Es estratégicamente positivo; no vas a traer gente de fuera para hacer un trabajo», defiende Palomero. Sería más rentable contratarlo a una cooperativa o a una empresa, como es habitual en este sector, pero no tendría sentido externalizar el presupuesto cuando la comarca clama por alternativas al sector de la minería del carbón. Además, que el ritmo de trabajo de esta brigada está siendo espectacular, de entre 600 y 900 árboles plantados cada jornada.
La zona donde se planta forma parte del entorno de Leitariegos, un estrechamiento entre León y Asturias donde los osos cantábricos han establecido una vigorosa población. Son terrenos que, además, están catalogados en el plan especial de restauración de escombreras mineras de León. Entre los años 2009 y 2001, la FOP desarrolló un laureado proyecto Life que reforzó el papel del corredor de Leitariegos para la subpoblación osera más occidental. Esta organización ya ha solicitado un nuevo proyecto a Europa que permitiría llevar a cabo una importante regeneración natural de este corredor, con la correspondiente generación de empleo durante dos o tres años. Por la trayectoria de la FOP, es más que probable que este proyecto Life se conceda. De hecho existen planes de cooperar con el vivero-escuela taller de Igüeña en el abastecimiento de plantas para futuribles reforestaciones.
Las últimas actuaciones han ayudado a consolidar este entorno osero como una alternativa más a la degradada economía de la comarca y ya empiezan a generarse los primeros ingresos directos por la presencia del oso en la zona. «El turismo del oso es importante y necesario porque es una forma de percibirlo como elemento de desarrollo rural», sotiene Guillermo Palomero. «La población osera es alta, los osos están relajados y es buen momento para su avistamiento, pero este turismo debe estar controlado», matiza. Por ejemplo, no se pueden frustrar las expectativas de los que pagan por un safari para avistar osos, ni tampoco se pueden generar situaciones de peligro para las personas y de riesgo para los osos. La regulación sobre este asunto urge en Castilla y León, sobre todo cuando a las empresas locales que promueven este turismo se están sumando agencias inglesas y francesas que ofrecen el oso cantábrico como recurso estrella. Incluso existen foros en Internet que intercambian fotografías y desvelan localizaciones para avistar osos, algo que beneficia al furtivo.
En la mañana del reportaje se vieron seis osos en el entorno de Villablino. En las próximas semanas, las crías de entre 15 y 17 meses se separarán de sus madres. Y habrá nuevas familias.
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